La motivación como guía

4 min lectura. 12 de abril de 2025 [Personal] #Deporte #Salud #Música #Creatividad

Últimamente me doy cuenta de cómo la motivación guía mis acciones, lo cual puede parecer bueno a simple vista, pero casi siempre esconde un caramelo envenenado.

No es algo nuevo para mí, llevo experimentando esta sensación mucho tiempo y me es familiar, por eso he conseguido desarrollar con los años su contraparte: el hábito de continuar cuando la motivación desaparece.

La motivación es lo que me hace empezar algo nuevo, ya sea aprender a cuidar plantas (empecé con ello en octubre del año pasado), aprender a jugar al Go (empecé con ello en diciembre del año pasado), preparar una carrera (hace dos semanas que me dio por inscribirme en una), o intentar superar ciertas fronteras con la música (esta semana hemos empezado a improvisar en clase de clarinete).

Hibisco

Pero como podréis adivinar, esta motivación suele desvanecerse rápido y por eso mi cerebro busca el siguiente hito. Empecé muy fuerte con las plantas y me compré varias, pero la última que planté fueron unos ajos en noviembre. Empecé fuerte jugando al Go y me inscribí en un club local en enero, pero ahora me paso pocos días por allí. Desde esta semana estoy dedicando más tiempo a la música, pero estos últimos meses he estado practicando menos de lo que debería. Y, como habréis podido notar, hacía muchos meses que no escribía en el blog. La motivación inicial mueve montañas, pero durante muy poco tiempo.

Por suerte, soy una persona de hábitos, y si consigo que la motivación me dure lo suficiente para forjar una rutina alrededor de una actividad, puedo conseguir continuar esa actividad durante mucho tiempo aunque sea dedicando el mínimo esfuerzo posible. Pero eso a veces no es suficiente. Dedicar el mínimo tiempo o esfuerzo posible durante largos periodos de tiempo puede proporcionar, en el mejor de los casos, mantener la habilidad. Pero no se mejora, y el interés en ella será cada vez menor, hasta llegar al punto en el que uno piensa "¿por qué sigo haciendo esto si no me apetece?".

Go

Tengo (quizá) la suerte de que mi identidad no gravite en torno a un único hobby. Hoy en día veo muchísima gente en redes sociales que dedica todo su esfuerzo fuera del trabajo a una actividad en pos de hacerse un hueco en el mundillo que lo rodee. Haciendo vídeos, escribiendo sobre ello, en definitiva mostrando al mundo su dedicación a cierta actividad y, en última instancia, intentando monetizar todo su esfuerzo.

Creo que esta es la muerte de los hobbies: cuando se convierten en un trabajo. Cuando no puedes simplemente disfrutar de un hobbie, sino que debes conseguir unos hitos en el menor tiempo posible y, a ser posible, sacarle el máximo rendimiento posible de manera eficiente. Por eso quizá muchos nos sentimos mal cuando ya no practicas el que era tu hobby principal hace 3 años (como podría ser la esgrima en mi caso), como si ese tiempo invertido no hubiera proporcionado un retorno sustancial, unos dividendos esperados (en forma de lo que fuera, no necesariamente monetarios).

Clarinete

Entiendo que muchas veces la motivación desaparece cuando progresar se torna más díficil, después de aprender los elementos básicos (a menudo bastante rápido) de la actividad en cuestión. Generalmente el siguiente paso es dedicar tiempo y esfuerzo de manera continuada, en la que el progreso es mucho menos visible, y la frustración puede aparecer cada vez más habitualmente si se tienen expectativas muy altas.

No tengo una conclusión sobre este tema, pero sí pensamientos que me rondan habitualmente en torno a ello. ¿Cuánto tiempo y esfuerzo es saludable invertir en tus pasatiempos? ¿Deberíamos frenarnos a la hora de considerar algo nuevo? ¿O por el contrario deberíamos normalizar abandonar una actividad que ya no te aporta como lo hacía en su momento?

¿Quieres comentar este artículo?
Respóndeme por email
No te pierdas ninguna publicación.
¡Apúntate a la Newsletter!